02 agosto 2013

¿Qué ocurrió con la variación de 362.659?



Los resultados finales del Censo 2012 revelan que en el país hay 362.659 habitantes menos que en los datos preliminares, anunciados en enero. Dos expertos cuestionan la variación y el Ministerio de Planificación sostiene que está dentro del margen de error.

“¿Qué explicación nos van a dar para una diferencia de 362.659? Es una cantidad muy importante como para dejarla pasar por alto. En anteriores censos nunca hubo tales diferencias entre preliminares y globales”, expresó René Pereira, experto en censos.

El presidente Evo Morales informó el 23 de enero que había 10.389.913 bolivianos, como dato preliminar, sin embargo, el Instituto Nacional de Estadística (INE) reveló que la cifra exacta disminuye a 10.027.254, es decir, 362.659 habitantes menos. El exdirector de censos y encuestas del INE (2003), Arnaldo Aliaga, explicó que para los datos preliminares se hace un recuento del número de boletas y planillas que contienen el resumen de información de un determinado sector y del número de personas de cada vivienda, por lo que aseguró que estos resultados no pueden variar demasiado de los finales.

“Pienso que son datos muy alejados, el problema debe estar en las pérdidas y omisiones. Había denuncias de boletas abandonadas y no sabemos si éstas fueron contadas, y como no hubo encuesta de cobertura, se desconocen estos detalles”, señaló Aliaga.

Conteo. La ministra de Planificación, Viviana Caro, arguyó que los primeros datos se hicieron con un conteo manual, en tanto que los últimos fueron más exhaustivos y con el lector óptico, por lo que, sostuvo, no es raro tener la variación. Además, resaltó que la cantidad de población restada “sólo” equivale al 3% del total.

“Cuando hay intervención manual del ser humano, el margen puede llegar al 7% de error, porque puede ser un error de dedo, de vista, de cansancio de nuestros transcriptores”, detalló anoche a la red ATB.

Como ejemplo de las causas para la variación, la ministra mencionó la boleta de una familia de cinco personas, en la que sólo figuraron dos empadronadas o el caso de Patacamaya (La Paz), donde insistieron en llenar una cartilla por persona, cuando la boleta alcanzaba para ocho.

No obstante, Pereira sostuvo que no existe una regla ni un protocolo que establezca un parámetro de diferencia entre cifras preliminares y finales, pero resaltó que la primera información también debe ser cierta, confiable y sin variaciones significativas del reporte final.

“Nunca los resultados de un censo fueron tan cuestionados. El INE fue poco serio, pese a que hubo observaciones desde el contenido de la boleta, la falta de actualización cartográfica e insuficiente capacitación a sus empadronadores”, acotó.

Los problemas en el proceso del censo

El proceso censal enfrentó conflictos sociales y una serie de cuestionamientos. Su cronograma sufrió retrasos, las fechas del día operativo y de la entrega de resultados finales son algunos de los inconvenientes.

A principio de 2012, el Censo Nacional de Población y Vivienda (CNPV) fue anunciado para agosto por el anterior director del INE, Ramiro Guerra, sin embargo, tras su renuncia y posesión de Ricardo Laruta, éste anunció el operativo para el 21 de noviembre.

La actualización cartográfica fue otra etapa cuestionada, pues organizaciones sociales de los municipios protestaron en las oficinas del instituto, en demanda de un proceso cartográfico más actual en cuanto a los límites.

En ese entonces, las autoridades del INE explicaron que el censo se basó en los límites de la cartografía censal de 2001, por ser el único de carácter oficial. El INE enfrentó en octubre problemas de reclutamiento de empadronadores debido a la falta de voluntad de estudiantes, incluso recibió la propuesta pública de colaboración de las Fuerzas Armadas.

La capacitación de censadores fue calificada de “insuficiente” por la Ruta del Censo. La entrega de resultados fue pospuesta del 31 de junio al 31 de julio por razones “estrictamente técnicas”, argumentó el INE.

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